Aceite de Girasol (Helianthus Annuus (sunflower) seed oil)

Estas semillas tienen un alto porcentaje de ácidos grasos insaturados como el palmítico, el oleico o el linoleico. También tiene gran contenido en insaponificables como esteroles y tocoferol.

Entre sus funciones destaca su capacidad para restaurar la función barrera de la piel (y reducir así la pérdida de agua) gracias por ejemplo a los esteroles y al tocoferol, este último también le da su capacidad antioxidante que es un factor clave para luchar contra el envejecimiento de la piel ya que neutraliza los radicales libres evitando así el daño celular.

Su naturaleza oleosa y no comedogénica lo hace un ingrediente ideal para hidratar y suavizar todos los tipos de pieles, especialmente las pieles más secas y sensibles.

Aceite de Sésamo

Entre sus componentes encontramos sesamina y sesamolina que le confieren propiedades antioxidantes naturales, los cuales mejoran también la elasticidad de la piel. 

La propiedad antioxidante también se ve apoyada por el contenido en tocoferoles y en vitamina E, protegiendo además a las células de los radicales libres generados durante el envejecimiento de la piel. 

Gracias a su contenido en ácido linoleico se consigue disminuir la pérdida transepidérmica de agua y se mejora la suavidad de la piel.

Esto lo convierte un ingrediente idóneo para pieles secas y/o sensibles.

Aceite de Uva (Vitis Vinifera (Grape) Seed Oil)

Destaca por ser fuente de ácidos grasos, un alto contenido en ácido linoléico (omega 6) y polifenoles, los cuales son potentes antioxidantes además de conseguir disminuir la pérdida transepidérmica y suavizar la piel.

Aceite de Jojoba (Simmondsia chinensis)

Usado gracias a sus propiedades humectantes y a su estabilidad oxidativa.

Su eficacia radica en su similitud con las capas superficiales de nuestra piel permite un control de la humedad así como de la respiración transepidérmica, a la vez que retrasa la pérdida de agua de la piel, también mejora la flexibilidad de ésta y su suavidad.

Aceite de Almendras (Prunus Amygdalus Dulcis (Sweet Almond) Oil)

Contiene diferentes ácidos grasos como el oleico, linoleico o el palmítico. Este aceite es capaz de restaurar la función barrera de la piel, favorece la regulación de la fase lipídica y como tiene una gran tolerabilidad se usa mucho en pieles delicadas y sensibles como puede ser la zona del contorno de ojos que es la más fina y frágil del cuerpo.

Otra función a destacar es que los ácidos grasos que contiene el aceite de almendras pueden actuar como vehículos para facilitar la entrada de otros activos en nuestra piel.

El aceite de almendras también contiene escualano, tocoferol y fitoesteroles que nutren la piel y, además, favorecen la tonicidad y la elasticidad de la piel.

Glycine Soja (Soybean) Oil

Se obtiene directamente de las semillas de soja y tiene un alto contenido en vitaminas (A, B6, B12 y K), calcio, magnesio y potasio.

Tiene funciones antioxidantes, hidratantes y reafirmantes, además de actuar estimulando el proceso de regeneración celular y en ocasiones funciona como tensioactivo. Penetra con facilidad en la epidermis y estimula la síntesis de colágeno, elastina y otras proteínas que ayudan a mantener la piel firme.

C13-15 Alkane (Hemisqualane)

Se obtiene de la caña de azucar y permite mejorar la extensibilidad, aplicación y sensorialidad de los productos sin aportar oclusividad a la piel.

Polyglyceryl-3 Polyricinoleate

Es un emulsionante de fase externa oleosa que se obtiene de la glicerina y el aceite vegetal de ricino.

Sustituye a los emulsionantes sintéticos y además actúa como emoliente e hidratante de la piel.

Los aceites limpiadores eliminan el maquillaje, las impurezas y el exceso de grasa.

La principal diferencia con los limpiadores tradicionales es la forma en que funcionan, los aceites no solo son hidratantes, sino que también funcionan como solvente lipofílico. Esto significa que se sienten atraídos por otros aceites, por ejemplo, el aceite que produce la piel y los ingredientes grasos del maquillaje.