¿Alguna vez has pasado de un cosmético a otro, preguntándote por qué ninguno te funciona? Entonces es posible que tengas problemas para determinar qué tipo de piel tienes.
Conocer nuestro tipo de tez es el primer paso -y el más importante- para combatir cualquier problema cutáneo, como el acné, las arrugas o la hiperpigmentación, por no hablar de tener una rutina de cuidado de la piel adecuada que realmente funcione.
Confundir el tipo de dermis es uno de los mayores errores que cometemos. Y como la piel es nuestro mayor órgano, es lógico que si la maltratas utilizando productos inadecuados y agresivos, no responda bien.
Conocer tu tipo de dermis puede no ser un proceso rápido y fácil, pero definitivamente vale la pena. Y te ahorrará mucho tiempo en el futuro. ¿Por dónde empezar?
Cómo determinar tú tipo de piel
En realidad, hay varias formas de averiguar qué tipo de tez tienes simplemente haciendo un par de pruebas. Por supuesto, siempre puedes consultar a un profesional, pero con un poco de paciencia y perseverancia, puedes llegar a una conclusión correcta por ti misma. ¿En qué consisten estas pruebas?
La forma más sencilla de determinar a qué tipo pertenece tu dermis es quitándote todo el maquillaje que tengas encima, lavándote bien la cara y secándola con una toalla suave. No sigas con tu rutina de cuidado facial todavía. Antes de aplicar cualquier tónico, serum o crema hidratante, observa bien tu cutis en un espejo -si es de aumento, mejor-.
Tócala con las yemas de los dedos. Ahora que has palpado tu piel justo después de lavarla, deja pasar media hora antes de repetir el mismo examen físico. De nuevo, no debes aplicarte ningún tipo de tratamiento, ya que tu piel debe estar desnuda para poder obtener un diagnóstico adecuado.
Presta mucha atención a las mejillas, la frente, la barbilla y la nariz. ¿Parece grasa? ¿Se siente deshidratada? ¿Tiene un aspecto jugoso o su textura parece reseca y aspera?
Deja pasar otra media hora. A continuación, realiza algunas expresiones faciales y comprueba si te cuesta sonreír o levantar las cejas. Si tienes la sensación de que tu piel se va a agrietar y está demasiado tirante, lo más probable es que tengas la tez seca.
Si tu epidermis se siente como de costumbre, eres una de las afortunadas que tiene una piel normal. Si la sientes lubricada desde dentro y con brillos, probablemente se trate de un cutis graso o mixto.
Si es solo la zona T -el área formada por la frente, el entrecejo, la nariz y el mentón- la que se ve afectada por los brillos, probablemente se trate de una piel mixta. Sin embargo, si tus mejillas también se sienten grasientas, entonces definitivamente tienes una tez grasa.
Si notas manchas rojas, es posible que tengas la tez sensible.
Otro buen indicador de tu tipo de dermis es el tamaño de los poros. Mírate al espejo y presta atención al tamaño de tus poros. Si son visibles, pero no demasiado grandes, probablemente tengas una piel normal.
Aléjate del espejo y vuelve a mirarte. Si los poros siguen siendo visibles, lo más probable es que tengas una tez grasa. Los cutis secos tienden a tener poros no visibles. Una combinación de poros grandes y pequeños se asocia normalmente a una tez mixta.
Si después del examen todavía tienes dudas, es posible que quieras hacer otra prueba para salir de la duda, o confirmar tus sospechas. Por suerte, existe otro método que puede ayudarte a determinar tu tipo de piel. Éste es incluso más rápido que el primero.
Este método no sólo es más rápido, sino que va a determinar con certeza si tu rostro entra en el espectro graso o seco.
Vas a necesitar unos papeles matificantes. Suelen encontrarse en farmacias y tiendas de belleza. Coge un papel matificante y pásalo suavemente por toda la cara. Asegúrate de esperar unos segundos para que todo se absorba.
Coge el papel y ponlo a la luz. Si ves restos visibles de grasa en él, entonces tienes la piel grasa o mixta. Si no hay grasa a la vista, entonces tienes la tez seca. Si la grasa procede de la zona T, se trata sin duda de un cutis mixto. Ésta es una de las formas más rápidas y precisas de determinar a qué tipo de piel pertenece la tuya.
Ahora que ya sabes determinar tu tipo de piel específico, vamos a profundizar en las peculiaridades de cada una de ellas y en qué opciones de tratamiento son las mejores.
El cuidado de la piel seca
La tez seca se siente áspera y tirante durante todo el día, y tiene manchas visibles de sequedad en la superficie. El maquillaje se queda muy apelmazado, y tienes la sensación de que tu cutis se va a agrietar después de la limpieza. Por eso necesita muchos cuidados.
Entonces, ¿qué factores influyen en la dermis seca? A decir verdad, nuestro tipo de cutis depende principalmente de nuestra genética. Esa genética puede verse afectada por ciertos factores ambientales como la dieta, la falta de sueño, los niveles de hidratación, la exposición excesiva al sol, el cloro, los desequilibrios hormonales, el agua dura, los cambios climáticos y las temperaturas extremas.
Pero, ¿qué puedes hacer para ayudar a tu tez? Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a combatir la sequedad.
La nutrición viene del interior, así que asegúrate de mantenerte hidratada durante todo el día. Incluye muchas frutas y verduras en tu dieta, ya que son una fuente primaria de antioxidantes. Asegúrate de hacer ejercicio un par de veces a la semana y de dormir lo suficiente.
En cuanto al cuidado de la piel, es fundamental hidratarla y nutrirla regularmente. Elige una crema que hidrate profundamente, como la Crema Hidratante Aloe Vera de Nezeni, que cuenta con ingredientes naturales y extra humectantes, como el aloe vera ecológico, la manteca de karité, la glicerina, el escualeno y varios azúcares humectantes.
Además, debes exfoliarte el rostro con regularidad para eliminar los parches de células secas y ásperas, y aplicarte mascarillas hidratantes, aunque intenta no hacerlo más de tres veces a la semana.
Un ingrediente que debes evitar es cualquier tipo de alcohol, porque tiende a resecar la dermis.
Todo los secretos de la piel grasa
El rasgo más evidente de los cutis grasos es la producción de un exceso de sebo. Las glándulas sebáceas pueden producir sebo en exceso por diferentes razones, pero, para la mayoría de las personas, la tez grasa es el resultado de la genética.
Si hay un exceso de grasa, los poros se obstruyen, y si hay bacterias causantes del acné en la epidermis, lo más probable es que aparezcan espinillas y brotes de acné.
Maquillar la tez oleosa es realmente frustrante, ya que la grasa puede salir a la superficie incluso después de haber aplicado polvos en el cutis. Para solucionar este problema, lo mejor es utilizar papeles secantes y bases matificantes, que están específicamente pensadas para quienes tienen este problema.
Pero no todo es malo. Lo creas o no, tener la epidermis grasa tiene sus ventajas: es menos probable que muestre signos prematuros de envejecimiento y parece más joven que la seca. Esto se debe al hecho de que los aceites naturales de la dermis la hacen menos propensa a sufrir líneas finas y arrugas.
A veces puede parecer que no hay nada que pueda ayudar a eliminar el exceso de grasa. Sin embargo, hay ciertas medidas que puedes tomar para minimizar la cantidad de sebo que produce tu cutis.
Exfoliarla de forma regular hará maravillas para prevenir la desintoxicación celular. Es importante tener en cuenta que, aunque tu instinto te diga que cojas el exfoliante más abrasivo que haya, es mejor que elijas uno más suave. De este modo, te asegurarás de no causar ningún daño al cutis a largo plazo.
Sin embargo, no caigas en un exceso de exfoliación, porque, por paradójico que parezca, esto puede hacer que se produzca aún más sebo. Esto se debe a las señales que la piel envía a las glándulas. Si le quitas sus aceites naturales, la piel enviará una señal a las glándulas para que produzcan aún más aceite que antes, causando un caos grasiento.
Y en relación a esto, algunas personas se sienten inclinadas a lavarse la cara con un limpiador en cuanto notan algún brillo. Esto no es lo mejor para eliminar el exceso de sebo, así que procura lavarte el rostro sólo dos veces al día: por la mañana y antes de acostarse, y hacerlo siempre con un limpiador suave.
Para cuidar de forma eficaz esta piel, en Nezeni hemos creado un protocolo anti-acné de 4 pasos compuesto por limpiador + tónico exfoliante + mascarilla + crema para reducir la inflamación, regular la producción de sebo, eliminar las bacterias que provocan el acné y mantener la hidratación.
Además, deberás evitar cualquier producto de cuidado de la piel o de maquillaje que contenga aceites comedogénicos, ya que pueden obstruir los poros y provocar acné.
Una desventaja de tener un rostro graso es que es más probable que sufras manchas o hiperpigmentación después de brotar. Y deshacerse de la hiperpigmentación no es una tarea fácil, así que lo mejor es hacer todo lo posible para prevenirlo utilizando un protector solar de amplio espectro.
El tratamiento adecuado para la tez mixta
El cutis mixto se caracteriza por presentar grasa en la zona T y sequedad en la zona de las mejillas. Esto puede ser un problema para muchas personas porque no saben qué gamas de cuidado facial elegir.
Utilizar productos adecuados para la tez grasa no será beneficioso para las zonas secas y viceversa. Por suerte, hoy en día existen muchas gamas diseñadas específicamente para las personas con este problema.
Opta por cremas hidratantes que no sean demasiado pesadas para la dermis, de modo que no causen más oleosidad a las partes grasas, sino que sean cremas hidratantes que humecten adecuadamente sin agravar la zona T.
Al igual que la tez seca, las personas que tienen un cutis mixto deben evitar poner cualquier tipo de alcohol en la epidermis, ya que es probable que genere parches de sequedad.
Leer los ingredientes de los productos cosméticos es una tarea bastante mundana, pero al hacerlo, te estás ahorrando muchos problemas en el futuro.
Cómo tratar la piel normal
Si tienes una tez normal, ¡considérate afortunada! Es posible que puedes experimentar un poco de grasa y sequedad aquí y allá, pero en su mayor parte, no presenta ningún problema.
Si se producen brotes de vez en cuando, suelen ser temporales y desaparecen por sí solos sin dejar huella. No tienes que preocuparte por usar nuevos productos en la piel, ya que las posibilidades de que tengas una reacción negativa a cualquier experimento en tu rutina típica son mínimas.
Por eso, es bastante fácil de manejar, pero asegúrate de no descuidarla y de no confiar demasiado en tus magníficos genes. Crea una rutina de cuidado de la piel adecuada que conste de productos suaves que hidraten la tez y la protejan del sol.
Si estás en la veintena, puede que también quieras buscar algunos productos antienvejecimiento, sólo como medida preventiva.
Cómo proteger la piel sensible
Si tienes una tez con sensibilidad, seguramente habrás experimentado estos signos: brotes de acné frecuentes, epidermis inflamada e irritada con facilidad, rojeces crónicas, o reacción a los nuevos productos de cuidado de la piel.
Los cutis sensibles suelen tener una barrera cutánea debilitada o dañada, por lo que es importante buscar productos que sean suaves con la piel para no causar más daños a la epidermis.
Tratar la piel sensible no es una tarea fácil. Definitivamente, se necesita tiempo y paciencia para encontrar los productos que mejor le funcionen.
Hay que ser perspicaz y estar atenta a la reacción de la dermis a ciertos ingredientes y hacer todo lo posible por evitar los que le causan daño.
Por suerte, hoy en día hay más que suficientes productos dirigidos específicamente a quienes tienen la tez sensible, por lo que la mayoría de ellos no contienen ingredientes peligrosos y desencadenantes.
En general, las fragancias, los perfumes, los colorantes, los alcoholes, las siliconas y los aceites causan problemas en la mayoría de las personas con cutis sensible.
Busca etiquetas como “apto para pieles sensibles”, “no comedogénico”, “sin parabenos”, “sin alcohol” y “sin aceite”. Si quieres probar una rutina completamente nueva, asegúrate de introducir los cosméticos de uno en uno, para poder identificar a tiempo cualquier posible desencadenante.
Todo lo que debes hacer si tienes la piel madura
A medida que envejecemos, la cantidad de sebo que producen nuestras glándulas sebáceas se reduce, por lo que nuestra tez es más propensa a secarse. Esto conduce a la aparición de líneas finas y arrugas, o hace que las que ya existen sean más prominentes.
Entonces, ¿cómo se identifica la dermis madura? Para empezar, la dermis madura suele tener un aspecto apagado y sin vida, consecuencia de la pérdida de colágeno y humedad.
También está deshidratada y le falta luminosidad, lo que es fácilmente detectable desde el exterior. Los poros suelen estar abiertos y visibles, y a menudo hay hiperpigmentación y manchas de la edad.
La fatiga, una mala alimentación, la exposición excesiva al sol, los cambios hormonales, el estrés y otros factores ambientales y de estilo de vida pueden afectar negativamente al cutis y empeorar la aparición de estos signos.
Durante la menopausia, las hormonas de nuestro cuerpo sufren un cambio, y ese cambio también puede reflejarse en la piel.
Puede volverse más fina y, por tanto, más sensible, especialmente a los tratamientos más agresivos y al sol. Algunas mujeres llegan a tener brotes durante la menopausia, incluso las que nunca han sufrido acné antes.
Por suerte, existen muchos productos para combatir la tez madura, y aún más para prevenir la aparición de arrugas, como nuestra selección de cremas antiarrugas, adecuadas a varias edades y tipos de pieles, que están repletas de ingredientes naturales, antioxidantes y activos anti-envejecimiento, que retrasarán los signos de envejecimiento y reducirá el tamaño de las arrugas en poco tiempo.
La pregunta lógica es: ¿Cómo prevenir la aparición prematura de la piel madura? La clave es empezar a aplicar una rutina de cuidado de la piel adecuada a una edad temprana, preferiblemente a los veinte años.
Utiliza protección solar con regularidad, lleva un estilo de vida saludable que incluya mucho ejercicio y descanso, lleva una dieta rica en antioxidantes con muchas vitaminas procedentes de frutas y verduras, y cuida tu salud en general.
Pero, al fin y al cabo, el envejecimiento es un proceso natural, y las líneas de expresión no son más que un signo de risa y alegría. Todos las tendremos algún día, así que intenta no preocuparte demasiado por ello.
En resumen, los tipos de piel suelen estar determinados por nuestro particular conjunto de genes. Sin embargo, algunas cosas como los factores ambientales y el estilo de vida, la calidad del agua y los desequilibrios hormonales también pueden influir en nuestro cutis.
Averiguar qué tipo de piel tienes es crucial para tener una rutina de cuidado facial eficaz que deje tu tez con un aspecto fabuloso.
Si tienes alguna duda acerca de nuestros productos o protocolos de belleza, estaremos encantadas de ayudarte a través de nuestro contacto: [email protected].