Ponerse un protector solar seguro todas las mañanas es muy parecido a cubrirse la cara antes de salir al exterior durante una pandemia global: es necesario, pero hay que hacerlo correctamente. Y dado que la ciencia ha dejado en claro que estos dos pasos no son negociables en nuestros días, debemos aprender a usarlo de la forma adecuada.
Así como usar una mascarilla nos ayuda a protegernos contra un virus mortal, el protector solar también puede salvar vidas.
¿Quieres pruebas? Todo lo que se necesita es una quemadura solar con ampollas para tener más del doble de posibilidades de sufrir melanoma en algún momento de la vida. Y dado que la belleza también puede ser una poderosa fuente de motivación, deberías saber que la exposición al sol es responsable del 80 al 90 por ciento de los signos visibles del envejecimiento de la piel, como líneas finas, manchas y flacidez.
El uso del protector solar es imprescindible, pero todavía hay mucha confusión en torno al tema. La seguridad de los ingredientes de los protectores solares ha sido objeto de escrutinio recientemente, y la mayoría de las personas no conoce muchos de los términos de marketing que ve en los envases bonitos.
Por eso, es importante analizar la historia de los protectores solares, los términos clave que todos deberíamos conocer, y las mejores opciones que tienes a tu disposición a día de hoy.
La historia del protector solar
Aunque este cosmético salvador solo existe desde hace poco menos de un siglo, la protección del sol lleva entre nosotros mucho más tiempo. En muchas partes del mundo, tener la piel pálida se veía como un símbolo de estatus y, por supuesto, de ser blanco o tener proximidad a la blancura.
Hace miles de años, los antiguos egipcios untaban productos como jazmín y salvado de arroz en su piel para evitar que se oscureciera.
En el siglo XVI, algunas mujeres europeas usaban una especie de máscara llamada visard para tapar completamente su cara -solo tenia agujeros pequeños orificios para los ojos y la nariz, y una abertura para la boca- y mantener así la blancura facial.
Finalmente, el fundador de L’Oréal, Eugène Schueller, inventó el primer protector solar, llamado Ambre Solaire, en 1935.
La década de 1940 trajo consigo una nueva era en el cuidado solar con la introducción de Coppertone, que se completó con anuncios y jingles ahora icónicos. En ese momento, el propósito de la protección solar seguía siendo broncearse de forma segura, no bloquear completamente los rayos ultravioleta del sol.
Afortunadamente, los productos con SPF altos finalmente se lanzaron en la década de 2000. Y hoy en día, la importancia del protector solar es más conocida debido a la magnitud de los estudios sobre la relación entre la exposición al sol y el cáncer de piel.
Por qué es más importante que nunca utilizar un protector solar
Quizás ahora más que nunca, usar un protector solar es fundamental. Aunque hay muchas razones para ello, una es que la capa de ozono está desapareciendo, dejándonos menos protegidos de los rayos dañinos del sol.
A medida que la capa se adelgaza, estamos expuestos a niveles más altos de rayos ultravioleta -no tenemos la protección solar natural que la gente tenía en las décadas de 1940 o 1950-.
Esto, combinado con el hecho de que las temperaturas son más cálidas en muchos lugares, ha llevado a la gente a pasar más tiempo al aire libre, lo que se relaciona con el aumento en las tasas de cáncer de piel a lo largo de los años.
Dado que la capa de ozono no ofrece tanta protección, es más fácil que suframos daños graves en la piel. Tan solo unos minutos de exposición al sol sin protección puede causar un daño grave a nuestro ADN -los rayos UVB pueden viajar a través de la epidermis hacia las células y causar roturas en nuestras cadenas de ADN-.
A pesar de que nuestros mecanismos de reparación de las células trabajan constantemente para reparar el daño del ADN, es realmente difícil para el sistema de reparación de la piel mantenerse al día con el daño constante del ADN que se produce cuando se expone constantemente al sol.
Eso significa que esas células pueden volverse anormales con el tiempo y ser cancerosas. ¿Ves ahora su importancia?
¿Cuál es la diferencia entre protector solar mineral y químico?
Hay dos tipos de filtros solares disponibles: minerales y químicos.
- Los filtros químicos protegen de los rayos UV absorbiéndolos con ingredientes químicos, como octocrileno o avobenzona, y convirtiéndolos en calor.
- Los filtros minerales alcanzan su FPS con bloqueadores físicos, como el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Forman una barrera física entre los rayos UV y la piel.
Aunque muchas personas tienen la impresión de que los protectores solares minerales son “naturales”, no lo son. Tanto los químicos como los minerales se fabrican en un laboratorio, pero esto no quiere decir que sean perjudiciales.
Los filtros químicos suelen tener una consistencia más fina y tienden a mezclarse más fácilmente que sus homólogos minerales. Sin embargo, estos ingredientes pueden causar irritación a muchas personas con piel sensible.
Pero para aquellos que prefieren los filtros minerales porque es menos probable que se absorban o causen irritación, hay varios inconveniente: tienen una consistencia más espesa, se borran más rápidamente y pueden dejar un velo blanquecino sobre la piel. Aunque las fórmulas están mejorando poco a poco.
Los protectores solares de antaño tenían grandes partículas de zinc, y eso dejaba un efecto tiza con mucha pesadez y untuosidad. Hoy en día, las innovaciones han mejorado el tamaño de las partículas utilizadas en los protectores solares minerales.
Son más pequeñas y usan diferentes métodos para hacer rebotar la luz en la piel de una manera más atractiva desde el punto de vista cosmético.
¿Es seguro usar protector solar?
La seguridad de los protectores solares está en entredicho debido a un nuevo estudio en el que se examinaron seis ingredientes activos -avobenzona, oxibenzona, octocrileno, homosalato, octisalato y octinoxato- que se encuentran comúnmente en el protector solar, y encontró que, después de un solo uso, los seis ingredientes se habían absorbido en el torrente sanguíneo.
¡El protector solar corre por tus venas! fue lo que pensaron millones de personas en ese momento. Pero el mero hecho de que aparezca una sustancia química en la sangre (u orina) no significa que esté causando ningún daño al cuerpo.
Se necesitan datos adicionales para comprender los efectos a largo plazo de la absorción del protector solar: muchos de los productos químicos que encontramos todos los días son absorbidos por nuestro cuerpo, pero la absorción no equivale al riesgo.
Los expertos enfatizan que aún es importante utilizar protector solar con regularidad, pues no se necesitan datos adicionales para establecer que la exposición al sol es una causa de cáncer de piel.
El miedo a los químicos en los protectores solares ha creado una barrera adicional para lograr que las personas con tonos de piel más oscuros usen SPF.
Mucha gente todavía cree el mito de que las personas con tonos de piel más oscuros no necesitan protección solar diaria, y las preocupaciones sobre los protectores solares químicos no ayudan a mejorar el problema.
¿Qué significa el SPF?
Una vez que hayas elegido entre los filtros minerales o químicos, debes considerar otros términos clave al elegir un producto específico.
Lo más importante que debes tener en cuenta cuando vayas a comprar tu protector solar es el FPS, o factor de protección solar, que se refiere específicamente al grado de protección contra los rayos UVB.
El número que aparece al lado es una medida de qué tan bien protegerá la piel contra las quemaduras solares; a medida que aumenta el valor de SPF, también lo hace la protección contra las quemaduras solares. Pero recuerda, ningún filtro protege al 100%, siempre hay un pequeño porcentaje de rayos que inciden en nuestra epidermis.
Una cosa importante a tener en cuenta: el número de FPS solo se refiere a cuánto tiempo le llevaría a la radiación UV del sol quemar tu piel cuando se usa el producto según las instrucciones, en comparación con la cantidad de tiempo que tardarías en quemarte sin protector solar.
Entonces, con un SPF 30, teóricamente tardarás 30 veces más en quemarte que lo que tardas habitualmente sin protector solar. Y decimos teóricamente porque aquí no se tiene en cuenta tu complexión única o cómo de bien te has aplicado la protección.
Sin embargo, el FPS no mide la protección contra los rayos UVA, lo que nos lleva al siguiente término importante que debemos buscar: el amplio espectro.
¿Y amplio espectro?
Amplio espectro significa que el protector solar ofrece protección contra los rayos UVB, que queman la piel, y los rayos UVA, que viajan más profundamente y hacen que el colágeno se descomponga.
La protección contra la radiación UVA es más importante -¡y compleja!- de lo que piensas. La radiación UVA causa algo llamado estrés oxidativo, lo que significa que las moléculas de oxígeno en nuestra piel se vuelven realmente inestables y crean algo llamado radical libre.
Los radicales libres provocan la descomposición del colágeno y la elastina, lo que, como ya sabemos, conduce al desarrollo de líneas finas y arrugas. Es decir, que los rayos UVA son los causantes del envejecimiento prematuro.
Entonces, no solo necesitamos usar un protector solar de amplio espectro para evitar que la radiación UVA dañe la piel, sino que también es recomendable colocar un producto antioxidante debajo de nuestro SPF para absorber esos radicales libres y ayudar a neutralizarlos antes de que puedan crear algún daño.
Cómo elegir un protector solar
Ahora que hemos analizado toda la ciencia que rodea el protector solar, es hora de encontrar la combinación perfecta. El mejor producto para ti depende de muchos factores, pero los más importantes son tu tono y tipo de piel y del formato que prefieras.
1. Tono de piel
Muchas opciones en el mercado no están formuladas teniendo en cuenta los tipos de tez más oscura, por lo que terminan generando un halo blanquecino en muchas pieles. Los filtros químicos tienden a verse menos calcáreos, pero algunas opciones pueden ser irritantes, lo que hace que muchas personas prefieran evitarlos.
Afortunadamente, Nezeni cuenta con su Gel Solar Facial SPF50+, que combina filtros químicos, físicos y biológicos para ofrecer un acabado transparente y mate en todos los tonos de piel debido a su textura liviana y a su tacto aterciopelado. Excelente opción como prebase ¡incluso la puedes aplicar encima del maquillaje!
Consejo profesional: Añade una gota de base de maquillaje a tu protector solar favorito para obtener un acabado menos calcáreo y crear un tinte que combine con el tono de tu piel.
2. Tipo de piel
Si tienes la tez grasa, debes elegir una fórmula sin aceite para no generar brillos indeseados. Los cutis secos, en cambio, se beneficiarán de una composición más hidratante que contenga humectantes y emolientes.
Mientras que las personas con piel sensible deben considerar un producto suave y respetuoso con la dermis, que no contenga fragancias químicas, ni parabenos, ni ftalatos para evitar las irritaciones.
Afortunadamente, hay una fórmula que cumple todos estos requisitos: el Gel Solar Facial SPF50+ de Nezeni, por eso está indicada para todo tipo de cutis y todas las edades.
No contiene aceites comedogénicos ni parabenos o fragancias irritantes; lo que sí vas a encontrar es emolientes tan beneficiosos como el escualano y varios antioxidantes -como la vitamina C o el Lipochroman-, que ayudarán al protector en su lucha contra los daños de los radicales libres.
3. Tipo de fórmula
Por último, es importante fijarse en el tipo de consistencia y textura del protector, pues no todas son para todas las pieles. Las lociones tradicionales tienden a ser más espesas que los geles y las espumas, pero pueden ser más fáciles de ver dónde las estás aplicando.
Pero esto también tiene su parte negativa: las cremas suelen contener más grasa y generar más brillos que los geles.
Los aerosoles son fáciles de usar, muy livianos y se secan rápidamente; sin embargo, puede ser difícil ver dónde ya los has aplicado y es más probable que dejes un área desprotegida. Además, es importante tener en cuenta que los aerosoles pueden ser peligrosos si los inhalas accidentalmente.
Algunos ingredientes de los protectores solares pueden ser irritantes pulmonares, específicamente el dióxido de titanio, que ha sido clasificado como “posiblemente cancerígeno para los humanos” después de que los científicos encontraron un vínculo que mostraba un aumento de los tumores pulmonares en ratas expuestas al ingrediente.
Sin embargo, la investigación en humanos no ha informado una asociación entre la inhalación del ingrediente y un mayor riesgo de cáncer. Por eso, están permitidos siempre y cuando sus partículas sean lo suficientemente grandes como para que no se puedan respirar profundamente en los pulmones.
El último formato de protector solar, en polvo, contiene los mismos ingredientes activos que las cremas o aerosoles, solo que en forma de polvo. Son una buena opción para volver a aplicarlos a lo largo del día sobre el maquillaje.
Sin embargo, es mejor usarlos para retocar a lo largo del día, no como la principal fuente de SPF. He aquí por qué: se necesitaría bastante polvo para obtener el SPF completo, pero generalmente solo usamos un poco de polvo.
Si tu protector solar en polvo tiene la etiqueta SPF 25, pero solo te aplicas una pasada de polvo, no llegará a la protección que marca. Esto es algo a tener en cuenta para cualquier formato de protector solar: hay que aplicar una capa gruesa de protector solar para conseguir los valores de SPF que marca el envase.
Aplica siempre el producto lo más generosamente posible, pero ten en cuenta que es poco probable que estés logrando el factor de protección solar completo, razón por la que siempre debes optar por FPS altos, como 50+.
Del mismo modo, no debes depender de los productos de maquillaje que contienen SPF como única forma de protección, pues su factor de protección es muy bajo y hay zonas por las que no lo aplicas.
Conclusión
Si la aplicación del protector solar es solo un paso que realizas ocasionalmente, lo más seguro es que te olvides de él la mayoría de los días. Es hora de poner este cosmético en el lugar que se merece y aplicarlo diariamente.
Sin el protector solar, ponerte costosas cremas antiarrugas no servirá de nada: estarás echando a perder todo su arduo trabajo al permitir que los dañinos rayos ultravioleta causen estragos en tu piel. ¡Por eso es el principal cosmético para prevenir el envejecimiento!
Si tienes alguna duda acerca de nuestros productos o protocolos de belleza, estaremos encantadas de ayudarte a través de nuestro contacto: [email protected].