Las ojeras, esas sombras desafiantes que se asientan bajo nuestros ojos, son una de las preocupaciones estéticas más comunes entre personas de todas las edades. Aunque a menudo se asocian con noches de insomnio o estrés, la verdad es que hay una miríada de factores que pueden desencadenar su aparición.
A pesar de que las ojeras pueden ser un recordatorio inoportuno de nuestras largas noches o de nuestro ADN, es esencial entender que no son simplemente un signo de fatiga.
Detrás de ese velo oscuro o hinchazón, hay historias de genética, estilo de vida y, en ocasiones, condiciones médicas, y la comprensión de cada una de ellas es clave para deshacerse de este problema de una vez por todas.
En este artículo, nos adentraremos en el intrigante mundo de las ojeras, desentrañando los misterios de su origen y ofreciendo una perspectiva clara sobre por qué aparecen, para estar mejor preparados para tratarlas cuando aparezcan.
Por qué salen las ojeras
1. Factores Genéticos
Cuando hablamos de las ojeras, a menudo escuchamos a las personas decir: “Las heredé de mi madre” o “Todos en mi familia las tienen”. Y aunque pueda sonar como una excusa fácil, hay una gran verdad detrás de estas afirmaciones. La genética juega un papel crucial en la aparición de sombras bajo los ojos.
Si tus padres o abuelos tienen ojeras pronunciadas, es probable que hayas heredado una piel más fina o traslúcida en el área periocular. Esta piel delicada puede permitir que los vasos sanguíneos subyacentes se muestren más, dando ese aspecto oscurecido.
Las personas con tonos de piel más oscuros pueden ser más propensas a desarrollarlas debido a la mayor cantidad de melanina en su piel. Además, una piel más pálida puede hacer que los vasos sanguíneos sean más visibles, contribuyendo a un aspecto azulado o violáceo en la zona del contorno de ojos.
La genética también determina la forma y estructura de tu rostro. Aquellos con hendiduras más profundas debajo de los ojos o con un área ocular más hundida pueden mostrar sombras más notables en esta región, que se perciben como ojeras.
Por último, algunas familias pueden tener una predisposición genética a retener líquidos, lo que puede llevar a una mayor hinchazón debajo de los ojos, dando lugar a bolsas que pueden ser percibidas como ojeras. En este caso, consulta los mejores tratamientos para las bolsas.
Y aunque no podemos cambiar nuestra genética, comprender su influencia nos ayuda a abordar el problema de una manera más informada y a buscar tratamientos que se adapten a nuestras características únicas. ¡Después de todo, ser conscientes de nuestro patrimonio es el primer paso para abrazar y cuidar nuestra belleza natural!
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2. Envejecimiento
El paso del tiempo es una certeza que todos enfrentamos, y nuestra piel, en particular, nos muestra esas señales del tiempo en forma de arrugas, patas de gallo, flacidez y, sí, también ojeras.
Pero, ¿por qué el envejecimiento tiene un impacto tan pronunciado en la delicada área de nuestros ojos? Veamos más de cerca:
- Pérdida de Colágeno y Elasticidad: El colágeno y la elastina son proteínas esenciales que otorgan a nuestra piel firmeza y elasticidad. Con el tiempo, la producción de estas proteínas disminuye, lo que resulta en una piel más delgada y menos elástica. En el área bajo los ojos, donde la piel ya es más fina, esta pérdida de densidad hace que los vasos sanguíneos y los músculos subyacentes sean más visibles, intensificando la apariencia de las ojeras.
- Pérdida Natural de Volumen y Grasa: A medida que envejecemos, la distribución de la grasa bajo nuestros ojos puede cambiar. Puede acumularse y formar bolsas o desplazarse hacia abajo, creando hendiduras o surcos, acentuando aún más la sombra en la región. Debajo del ojo también tenemos una almohada especial de tejido blando llamada grasa suborbicular del ojo. Con el tiempo, esta almohada de tejido se encoge y desciende, lo que provoca una disminución del volumen natural de la ojera y la creación de una sombra. Ésta es una de las causas más comunes de las ojeras.
- Disminución de la Circulación: El flujo sanguíneo y la circulación linfática pueden volverse menos eficientes con la edad. Esto puede resultar en una acumulación de líquidos y toxinas en el área del contorno de ojos, contribuyendo a la hinchazón y el oscurecimiento.
- Exposición Acumulada al Sol: A lo largo de los años, la exposición repetida al sol sin protección adecuada puede dañar la piel y debilitarla. El daño solar puede acelerar la pérdida de colágeno y causar hiperpigmentación, ambos factores contribuyentes a las ojeras.
Pero, aunque el envejecimiento es un proceso natural que trae consigo cambios en nuestra piel, con el producto y el cuidado adecuado, podemos atenuar y gestionar estas señales visibles del tiempo para seguir luciendo frescos y rejuvenecidos independientemente de nuestra edad.
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3. Deshidratación
La pérdida de volumen no solo ocurre con la edad. Recuerda que el agua constituye el 60% del cuerpo humano. Si estás gravemente deshidratado, los tejidos de tu cuerpo empezarán a encogerse, incluida la piel y el delicado tejido de debajo de los ojos.
Así que, si tienes, digamos, unos 20 años, quizá quieras reevaluar tu consumo de agua antes de lanzarte automáticamente a los tratamientos cosméticos.
Los expertos recomiendan consumir, en promedio, unos 2 litros o 8 vasos de agua al día para los adultos. Esta cantidad puede variar según factores individuales como el clima, el nivel de actividad física, la edad y el peso. Escuchar a nuestro cuerpo y beber agua cuando tengamos sed también es una buena práctica para asegurarnos de mantenernos adecuadamente hidratados.
Y, si ya bebes mucha agua, tal vez sean las otras bebidas que tomas las culpables.
Después de todo la cafeína, el alcohol y otros diuréticos pueden provocar deshidratación y requerir aún más agua para recuperarse.
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4. Falta de sueño
Ésta es otra causa bastante conocida de las ojeras. Y, a diferencia de la pérdida de volumen relacionada con la edad, esto puede ocurrirle a cualquiera que tenga una falta grave de sueño.
La falta de un sueño reparador puede causar que la piel debajo de los ojos se vuelva pálida, lo que a su vez permite que los vasos sanguíneos oscuros debajo se vuelvan más visibles, acentuando las ojeras.
La cantidad recomendada de sueño puede variar según la edad y las necesidades individuales. Los expertos en salud sugieren que los adultos deberían dormir entre 7 y 9 horas por noche para funcionar de manera óptima.
Siempre ayuda dormir a la misma hora todas las noches para que el propio ritmo circadiano del cuerpo pueda acostumbrarse a un horario regular y evitar el insomnio.
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5. Estilo de Vida
Nuestro estilo de vida desempeña un papel crucial en la salud y apariencia de nuestra piel, y las ojeras no son una excepción. Las decisiones diarias que tomamos pueden afectar directamente la intensidad y la presencia de estas sombras bajo nuestros ojos.
Estos son algunos factores clave del estilo de vida que influyen en la aparición de ojeras:
- Dieta Inadecuada: Una alimentación pobre en vitaminas y minerales esenciales, o rica en sal y alimentos procesados, puede conducir a la retención de líquidos y la hinchazón bajo los ojos. Si a esto le sumamos la falta de hidratación adecuada, es el caldo de cultivo perfecto para tener ojeras muy marcadas.
- Tabaco: Al igual que el alcohol, el tabaco puede llevar a la deshidratación de la piel, haciéndola más delgada y frágil. Además, el tabaco también disminuye la circulación, lo que puede oscurecer el área bajo los ojos.
- Estrés: Vivir bajo estrés crónico no solo afecta nuestra salud mental y física, sino que también puede impactar la apariencia de nuestro rostro. El estrés puede provocar insomnio, desequilibrios hormonales y un flujo sanguíneo reducido, factores que contribuyen a este problema.
- Uso Excesivo de Dispositivos Electrónicos: Pasar demasiado tiempo frente a las pantallas, especialmente antes de dormir, puede interferir con nuestros ciclos de sueño y acentuar la fatiga ocular, lo que puede resultar en un oscurecimiento más prominentes.
- Alergias: Las reacciones alérgicas pueden causar inflamación y oscurecimiento de la zona del contorno de ojos. Además, el acto de frotarse los ojos debido a la irritación puede empeorar la situación.
- Forzar la vista: Forzar la vista no sólo perjudica la visión, también puede afectar al aspecto de tus ojeras. Cuando te esfuerzas por ver algo y tensas los ojos, los vasos sanguíneos se agrandan bajo la piel y se manifiestan en forma de un oscurecimiento más prominente. Por eso, puede ser útil revisar la graduación de tus ojos para evitar más tensión.
Mientras que algunos de estos factores son más fáciles de controlar que otros, ser conscientes de ellos y hacer ajustes en nuestro estilo de vida puede hacer una diferencia significativa en la apariencia de nuestras ojeras. Adoptar hábitos saludables, como una dieta equilibrada, y evitar el estrés, puede marcar una gran diferencia en la apariencia general de nuestro rostro.
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6. Factores Ambientales
El entorno que nos rodea puede tener un impacto directo en nuestra piel, incluido el delicado área bajo los ojos. Estos factores, a menudo subestimados, pueden contribuir de manera significativa a este problema.
Por ejemplo, una exposición prolongada al sol sin protección puede llevar a que nuestro cuerpo produzca un exceso de melanina, especialmente en las áreas más delicadas, como el contorno de ojos. Este exceso de pigmentación puede dar lugar a ojeras oscuras o a una apariencia bronceada en dicha área. Puedes atajar fácilmente esta causa utilizando protector solar todos los días, por todo el rostro.
Vivir en áreas urbanas con altos niveles de contaminación puede ser perjudicial, también para nuestra piel. Las partículas contaminantes pueden causar irritación, inflamación y daño cutáneo, lo que puede acentuar las ojeras y la decoloración en general.
Las condiciones climáticas extremas, ya sean muy frías o calientes, pueden deshidratar y dañar nuestras células. El frío intenso, en particular, puede reducir la circulación en áreas pequeñas y sensibles, como el contorno de ojos, dando lugar a vasos sanguíneos más notables.
Estar en altitudes elevadas puede reducir la oxigenación de la piel. Esto, junto con la exposición al sol más directa en áreas montañosas, puede acentuar las ojeras.
Y, aunque no lo creas, la presencia de alérgenos en el aire, como el polen, el polvo o la caspa de animales, puede causar reacciones que llevan a la inflamación y oscurecimiento de la zona bajo los ojos.
Proteger nuestra piel de estos factores ambientales es esencial para prevenir o minimizar el problema. Es recomendable usar protectores solares adecuados, hidratantes y antioxidantes, y tratar de reducir la exposición a agentes contaminantes y alérgenos tanto como sea posible.
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7. Condiciones Médicas
Más allá de los factores genéticos, ambientales y relacionados con el estilo de vida, ciertas condiciones médicas también pueden ser responsables de su aparición. Algunas de estas condiciones afectan directamente la piel o la circulación, mientras que otras tienen un impacto más indirecto. Vamos a explorar algunas de las más comunes:
- Alergias: Las reacciones alérgicas, como la rinitis o la conjuntivitis alérgica, pueden causar picazón, inflamación y enrojecimiento en los ojos. Rascarse o frotarse los ojos debido a la irritación puede provocar la rotura de vasos sanguíneos y la aparición de hematomas. Cuando el hematoma se cura, queda hemosiderina pigmentada (un componente de la hemoglobina), que causa marcas oscuras.
- Eczema: También conocido como dermatitis atópica, este trastorno cutáneo inflamatorio puede causar picazón, enrojecimiento y oscurecimiento de la piel.
- Anemia: Esta condición se refiere a una disminución en el número de glóbulos rojos, que puede resultar en palidez. Cuando la piel está pálida, los vasos sanguíneos subyacentes pueden aparecer más prominentemente.
- Retención de Líquidos: Ciertas condiciones médicas, como enfermedades renales o problemas cardíacos, pueden llevar a una acumulación de líquidos en el cuerpo, incluida la zona bajo los ojos, causando hinchazón y oscurecimiento.
- Desequilibrio Hormonal: Cambios en los niveles hormonales, especialmente durante el ciclo menstrual, embarazo o menopausia, pueden provocar retención de líquidos y oscurecimiento de la piel bajo los ojos.
- Hipotiroidismo: Una tiroides poco activa puede causar palidez o una coloración amarillenta de la piel, haciendo que los vasos sanguíneos se muestren más oscuros y evidentes.
- Medicamentos: Algunos medicamentos que causan dilatación de los vasos sanguíneos pueden resultar en ojeras más notables. Además, cualquier medicamento que provoque deshidratación puede adelgazar la piel, haciéndola más translúcida y permitiendo que los vasos sanguíneos sean más visibles.
La mejor manera de combatir este tipo de ojeras es abordar estas condiciones médicas. Es vital consultar a un médico. Además de ofrecer un diagnóstico adecuado, un profesional de la salud puede proporcionar tratamientos o soluciones específicas para abordar el problema subyacente.
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