La búsqueda de la causa de los brotes puede parecer una búsqueda inútil. Especialmente con el aumento de las conversaciones virtuales sobre los desencadenantes del acné en las redes sociales, puede parecer que cada dos días aparece una nueva causa que deberías investigar.
Seamos claros: hay muchos factores diferentes que contribuyen al acné, y sin duda pueden agravarse unos a otros. Uno de los más relevantes: el estrés. Pero, ¿puede una situación estresante provocar la aparición de un grano de la nada? Esto es lo que debes saber.
¿Qué es el acné por estrés?
Veamos cómo se produce exactamente. Ciertas hormonas liberadas cuando estamos estresados pueden provocar que el cuerpo produzca más sebo, es decir, la sustancia cerosa y pegajosa que mantiene la piel hidratada.
La hormona liberadora de corticotropina (CRH) se produce en el cerebro y es la responsable de indicar a las glándulas suprarrenales que aumenten la producción de cortisol en momentos de estrés. La CRH también influye en las glándulas sebáceas aumentando la producción de grasa.
Básicamente, la hormona que desencadena el cortisol también desencadena la producción de sebo. Así que a medida que el cortisol aumenta en el cuerpo, la producción de grasa también lo hace, por lo que hay más probabilidades de que se obstruyan los poros, y estas lesiones tienden a inflamarse y a veces a doler.
Sin embargo, esto no es tan instantáneo como parece.
Los niveles de cortisol aumentan unos 15 minutos después del inicio de cualquier factor estresante y pueden tardar unas horas en volver a la normalidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se trata sólo de un acontecimiento estresante, sino más bien de una miríada de sucesos que conducen al estrés; a menudo, estos niveles pueden tardar meses en estabilizarse.
Como resultado, es difícil precisar cuánto tiempo puede tardar en comenzar y durar un brote. Es decir: El acné por estrés no es precisamente fácil de detectar.
Aunque no es imposible, es menos probable que sufras brotes de acné por estrés si no eres propenso al acné en primer lugar, y viceversa, las personas que tienen acné existente o subyacente serán más susceptibles al estrés y a los brotes hormonales.
Acné por estrés vs. acné hormonal vs. acné adulto
El acné del adulto suele asociarse al estrés y al desequilibrio hormonal, pero ¿cómo distinguirlos? El acné causado por el estrés o las hormonas puede tener un aspecto muy similar, pero una buena forma de diferenciarlos es el momento en que se produce el brote.
En primer lugar, los brotes hormonales aparecen entre siete y diez días antes de que comience el ciclo menstrual. Si no te encuentras en este intervalo de tiempo, entonces puede estar causado por la presión, o por otro factor que se enumera en la siguiente sección.
El acné hormonal y el acné por estrés pueden parecer similares; sin embargo, el hormonal suele ser más profundo y nodular y puede ser doloroso, ya que los nódulos no salen a la superficie. En cambio, el acné por estrés forma pápulas o pústulas, que son superficiales.
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Causas del acné
Así que sí, el estrés puede desencadenar un episodio de acné. Dicho esto, hay muchas otras causas más comunes de esta compleja afección cutánea que te harán más susceptible a los granos inducidos por el estrés.
He aquí algunos factores a tener en cuenta:
- La genética: Si tus padres tuvieron acné, es posible que tú también estés predispuesto a padecerlo, sobre todo cuando se trata de acné adulto, según demuestran los estudios. Además, la genética influye en el funcionamiento del sistema inmunitario y en el riesgo de padecer trastornos hormonales como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), que se sabe que causa acné.
- Las hormonas: Hablando de hormonas, se trata de otro factor importante en el mundo del acné, sobre todo en las veinteañeras y las mujeres que atraviesan la menopausia. Tanto es así, que “acné adulto” y “acné hormonal” se utilizan a menudo en el mismo contexto. Incluso si nunca has tenido granitos de niño y tu genética es clara, podrías desarrollar acné más adelante en tu vida. También puede producirse un aumento de los brotes hormonales al empezar o dejar la terapia hormonal o los anticonceptivos hormonales.
- La dieta: En lo que respecta a la dieta y el acné, hay que tener en cuenta dos factores principales: los lácteos y el azúcar. Una dieta con un índice glucémico bajo puede provocar menos granos. En otro estudio, se encontró una fuerte relación entre la leche de vaca y el acné.
- Productos que obstruyen los poros: Si tienes la piel propensa a los granos, deberás prestar atención a los ingredientes de tus productos de cuidado de la piel y evitar los que puedan obstruir los poros (entre los más comunes están el aceite de coco y la cera de abejas).
- Bacterias: Si ya eres propenso a los brotes, tendrás que prestar especial atención a lavar todo lo que entre en contacto con tu rostro, y con frecuencia. Esto incluye las manos, las toallas, las fundas de almohada, las brochas de maquillaje, las mascarillas, etc. De lo contrario, las bacterias se acumularán en esas superficies, se extenderán a la piel y podrían provocar granitos.
Soluciones para el acné provocado por el estrés
Así que estás experimentando un brote desencadenado por la presión. Ya sea ocasional o constante, hay algunas buenas prácticas que son bastante universales, así que empieza por aquí:
1. Ácido salicílico
Como te dirán muchos dermatólogos, el ácido salicílico es uno de los mejores ingredientes para controlar los brotes. Este ingrediente es un tipo de exfoliante conocido como beta-hidroxiácido o BHA, que es diferente de un alfa-hidroxiácido, o AHA.
El ácido salicílico es soluble en aceite y puede penetrar más profundamente en los poros que los alfa-hidroxiácidos, ayudando a eliminar la suciedad, la grasa y el exceso de sebo. De ahí que tantos productos para el acné contengan ácido salicílico (o su forma natural, el extracto de corteza de sauce) como uno de los primeros ingredientes.
Opta por un producto de limpieza como nuestra Espuma Limpiadora Facial, perfecta para eliminar las impurezas, el sebo y desintoxicar la piel de forma suave y agradable. Y a continuación tonifica el cutis con el Tónico Facial Anti-Acné enriquecido con ácido salicílico para desobstruir los poros, disminuir la inflamación y evitar que se acumule de nuevo la suciedad en los poros.
2. Retinol
Si aún no utilizas retinol en tu rutina de cuidado de la piel, ¡ya estás tardando!
Cuando el retinol interactúa con los receptores de la piel, altera de forma beneficiosa los genes relacionados con la inflamación y el crecimiento celular. Es decir, que actúa como anti-inflamatorio y resulta muy efectivo exfoliando las células muertas.
Esto reduce la formación de microcomedones y poros obstruidos con sebo, bacterias y células cutáneas muertas. Y como sabes, los poros obstruidos pueden dar lugar a puntos negros, granitos y espinillas, es decir, acné.
Además, el retinol también estimula la producción de nuevo colágeno, un componente clave de la dermis. Esto no solo ayuda a suavizar las líneas finas y las arrugas, sino que también puede mejorar la textura de la piel y reducir las cicatrices del acné.
Así que, si tienes marcas residuales de brotes pasados, el retinol puede ser tu gran aliado.
Eso sí, debes recordar que el retinol puede causar sequedad y sensibilidad, especialmente cuando comienzas a usarlo por primera vez. Por lo tanto, es importante introducirlo lentamente en tu rutina de cuidado de la piel, quizás comenzando un par de veces a la semana y siempre utilizando protector solar durante el día, ya que el retinol puede hacer que tu piel sea más sensible al sol.
Nuestra crema estrella, la Antiarrugas Noche 50+ contiene retinol puro microencapsulado para minimizar la irritación y preservar las propiedades del retinol hasta la última gota. Es perfecto para lidiar con el acné además de potenciar la firmeza y alisar las arrugas, así que tienes un producto 2 en 1.
Otro consejo: nunca uses retinol y ácido salicílico al mismo tiempo. Puedes optar por el ácido salicílico por la mañana y el retinol por la noche, o sólo uno de ellos por la noche e ir rotando durante el día.
3. Evita los productos que obstruyen los poros
Para asegurarte de que tus productos de cuidado de la piel y maquillaje no te están perjudicando, verifica su grado de comedogenicidad.
El índice de comedogenicidad es una escala que clasifica los ingredientes cosméticos según la probabilidad de que obstruyan los poros y, por tanto, provoquen la aparición de acné. Esta escala varía de 0 a 5, siendo 0 el menos comedogénico (no obstruye los poros) y 5 el más comedogénico (muy probable que obstruya los poros).
Entender el índice de comedogenicidad es importante para cualquiera con piel propensa al acné o incluso aquellos con piel sensible, ya que los ingredientes con un alto índice de comedogenicidad pueden causar brotes. No está garantizado que todos y cada uno de ellos obstruyan los poros, pero sin duda hay más probabilidades de que lo hagan.
Si has utilizado los mismos productos para el cuidado de la piel durante años sin problemas, puede que no sea el caso. Sin embargo, si acabas de adquirir un producto nuevo o estás notando la textura de la piel (pequeños granitos), entonces es mejor que vuelvas a comprobarlo.
Aquí están algunos de los ingredientes más comedogénicos para que te los verifiques en las etiquetas de tus productos:
- Aceite de germen de trigo: Aunque tiene muchas propiedades beneficiosas, es altamente comedogénico y puede bloquear los poros.
- Manteca de cacao: Se usa a menudo por su capacidad para hidratar y nutrir, pero también tiene un alto índice de comedogenicidad.
- Aceite de coco: A pesar de sus beneficios para la piel y el cabello, tiene un grado 5.
- Aceite de linaza: Aunque es un aceite saludable para consumir y tiene muchos beneficios, puede obstruir los poros si se aplica tópicamente.
En Nezeni estamos comprometidos a que todos nuestros productos para cutis grasos sean no comedogénicos.
4. Utiliza ingredientes antiinflamatorios
Durante un brote, la piel tiende a enrojecerse e inflamarse, ya sea sólo alrededor del grano o en toda la cara. Para aliviar la irritación y el enrojecimiento, recurre a ingredientes antiinflamatorios como los siguientes:
- Ácido Salicílico: Este es un beta-hidroxiácido (BHA) que es conocido por su capacidad para exfoliar la piel y aliviar la inflamación. Es especialmente útil para las personas con acné.
- Té Verde: El té verde contiene polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Puede ayudar a reducir la inflamación y proteger la piel contra los daños de los radicales libres.
- Aloe Vera: El aloe vera es muy conocido por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias. Es un ingrediente común en productos destinados a calmar la piel irritada o quemada por el sol.
- Niacinamida: También conocida como vitamina B3, la niacinamida tiene propiedades antiinflamatorias y también puede ayudar a fortalecer la barrera de la piel, reducir el enrojecimiento y mejorar la textura cutánea.
- Hamamelis: El hamamelis tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes, y a menudo se encuentra en productos destinados a calmar la piel irritada o sensible.
- Vitamina C: La vitamina C tiene potentes propiedades antiinflamatorias. Además de eso, es un potente antioxidante que puede proteger tu piel contra los daños de los radicales libres, estimular la producción de colágeno, aclarar las manchas oscuras y mejorar la textura y el tono cutáneo.
- Extractos vegetales: Plantas como la verdolaga, líquenes como el “barbas de capuchino”, el extracto de neem o el anís estrellado son algunos de los compuestos con más actividad anti-inflamatoria, y todos ellos los puedes encontrar en nuestra gama Anti-Acné de 4 pasos: limpiador, tónico, crema y mascarilla.
5. Mantén la piel hidratada
Los ingredientes activos fuertes como el ácido salicílico y el retinol son excelentes para aliviar los brotes, pero también pueden resecar la piel. Por suerte, puedes compensarlo añadiendo hidratación a tu cutis mediante serums hidratantes y cremas hidratantes ligeras que contengan humectantes.
Cuando busques un serum hidratante, opta por algo sencillo como el Serum Antiarrugas de Nezeni, que contiene 3 ácidos hialurónicos de diferentes pesos moleculares para rellenar de hidratación todas las capas. Para las cremas hidratantes, busca que sea específica para cutis grasos, como nuestra Crema Hidratante Día 30+ que contiene una gran cantidad de aloe vera (que como hemos visto, es anti-inflamatorio también), además de manteca de karité, vitamina E y escualano.
6. Tratamientos faciales contra el acné
Los tratamientos faciales para el acné pueden ayudar a tratar los brotes activos, prevenir los futuros (en parte) e hidratar la piel en profundidad. Estos tratamientos suelen incluir extracciones para desobstruir los poros, así como tratamientos tópicos específicos con ingredientes exfoliantes como el ácido salicílico.
Un esteticista también puede incorporar terapia de luz LED: en concreto, luz LED azul, que elimina las bacterias que causan el acné, controla la regulación del sebo y calma la piel; o luz LED verde, que es aclamada por reducir la hiperpigmentación y calmar el enrojecimiento.
Sin embargo, no todo el mundo debería reservar estos tratamientos faciales. De hecho, las personas con acné quístico no son los mejores candidatos para los tratamientos faciales contra el acné y deberían dedicar ese tiempo (¡y dinero!) a visitar a un dermatólogo.
7. Visita a tu dermatólogo para que te recete soluciones
Supongamos que ha agotado todas las opciones de venta sin receta para el acné y nada ha funcionado: no te preocupes. Visita a un dermatólogo. Estos profesionales pueden ayudarte a identificar los posibles desencadenantes del acné y ofrecerte otras opciones de tratamiento que quizá no hayas probado.
Por ejemplo, prescripciones tópicas (como retinoides más potentes) o medicamentos orales como la espironolactona (utilizada para el tratamiento hormonal del acné) o la isotretinoína (antes conocida como Accutane).
Salud mental y consejos para controlar el estrés
Una vez más, sea cual sea el factor desencadenante del acné (productos, hormonas, genética, etc.), el estrés puede empeorarlo. Aliviar la presión cuando tienes un brote no es precisamente fácil, ya que más granos suelen causar más estrés.
Sin embargo, dedicar un poco más de tiempo a tu salud mental puede ayudarte. Aquí tienes algunas formas de aliviar el estrés que puedes tener en cuenta:
1. Busca ayuda profesional
Si te cuesta controlar los niveles de estrés y ansiedad, deberías visitar a un terapeuta. Estos expertos pueden ayudarte a elaborar un plan de control del estrés que se adapte a tu situación particular y a atravesar situaciones difíciles.
2. Duerme toda la noche
La falta de sueño de alta calidad aumentará los niveles de cortisol, lo que, como ya sabes, puede manifestarse en una mayor producción de sebo y más acné. Incluso si no sueles tener una piel propensa a los granos, la falta de sueño puede contribuir a lo que los dermatólogos denominan “acné ocasional.”
3. Meditación o mindfulness
Se ha demostrado que la meditación reduce el estrés y la ansiedad. Algunas personas rehúyen la meditación porque asumen que no les gustaría, pero la meditación es una práctica versátil que puede ajustarse y personalizarse para adaptarse a tus necesidades y práctica únicas.
¿No te gusta la meditación en silencio? Opta por algo guiado. ¿Sólo tienes unos minutos? Mejor que nada. Lo importante es que dediques unos minutos al día a permitir que tu cerebro se relaje y se centre en ti mismo.
4. Movimiento
La actividad física estimula varias sustancias químicas cerebrales que pueden hacer que te sientas más feliz y relajado. También puedes sentirte mejor con tu aspecto y contigo mismo cuando haces ejercicio con regularidad, lo que puede aumentar tu confianza y mejorar tu autoestima.
El movimiento regular también ayuda a aumentar la circulación general, lo que se traduce en un cutis más uniforme y radiante. En resumen, el movimiento es bueno para la piel, independientemente de cómo lo hagas.
5. Escribe un diario
Si te sientes estresada pero no sabes por qué, prueba a escribir un diario. A veces, escribir tus pensamientos y sentimientos puede ayudarte a profundizar y llegar al fondo de lo que realmente te está causando problemas.
6. Respiración
La respiración puede ayudar a controlar el estrés y aliviar la ansiedad. Se considera una forma “activa” de meditación, y puede ayudar a aliviar la ansiedad con bastante rapidez si surge. ¿Cómo?
Cuando respiramos profunda y rítmicamente, activamos el nervio vago, ponemos en marcha el sistema nervioso parasimpático y frenamos la ansiedad y el estrés. Prueba la respiración en caja (o respiración 4-4-4-4) cuando necesites ayuda para ralentizar el ritmo cardiaco en situaciones de lucha o huida. ¿Y lo mejor? Es totalmente gratis.
7. Cuídate en estos momentos difíciles
Una cosa que la gente suele pasar por alto en este tema es el hecho de que los periodos de estrés suelen coincidir con el hecho de centrarse en el problema en cuestión y, por lo tanto, abandonar todo lo demás que sucede en tu vida -en un tono menos serio, esto podría significar tu rutina de cuidado de la piel o beber suficiente agua-.
Por supuesto, lo primero que debes hacer es ocuparte de tus factores de estrés, pero si vas a entrar en un periodo de estrés prolongado o te encuentras en uno ahora mismo (como la semana de los exámenes finales, un acontecimiento familiar, problemas de pareja, búsqueda de trabajo, etc.), intenta marcarte un límite y comprométete con tu rutina diaria de cuidado de la piel, si es posible (unos cuantos vasos más de agua incluidos).
Mantener tu rutina habitual no sólo te ayudará a prevenir los brotes de estrés, sino que también te proporcionará unos minutos diarios para ti, que son muy necesarios en esos momentos de ansiedad.
Resumiendo: el estrés puede causar acné, pero suele ser un desencadenante para los que ya tienen brotes, no una causa inicial. Para controlar estos brotes, recurre a ingredientes como el ácido salicílico y el retinol, y mantén bajos tus niveles de estrés siempre que sea posible.
Si tienes alguna duda acerca de nuestros productos o protocolos de belleza, estaremos encantadas de ayudarte a través de nuestro contacto: [email protected].